¿Y si hemos congelado mal los alimentos toda la vida sin saberlo?
“No es opinión, es una evidencia científica. La gente que pasa más tiempo en la cocina preparando comida se asocia con indicadores de una mayor calidad de vida gracias a una dieta más rica. Como era de esperar, el estudio publicado en Amercian Journal of Preventive ratificó esta aseveración. Parte fundamental de pasar horas en la cocina incluye dominar el funcionamiento de todos y cada uno de los electrodomésticos que facilitan nuestra labor. Pero hay un electrodoméstico que es la excepción que confirma la regla. El congelador es el gran desconocido de nuestra cocina. Se le exige “sólo” que congele bien cuando su función principal es más bien otra”.
Un vistazo a la definición de congelador en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española añade más miga. El congelador es “un electrodoméstico independiente o integrado en un frigorífico que sirve para congelar y conservar alimentos”. El problema viene cuando lo de conservar siempre lo hace bien, pero lo de congelar deja mucho que desear a ojos de un experto en la materia.
El consumidor español congela el 80% del producto fresco que compra en el mercado para tener reservas durante la semana.
“La gente debería entender que en casa hay que congelar el mínimo posible de alimentos frescos”. Es la opinión fundamentada de Manuel Ayllon, propietario de la empresa de venta de pescado congelado Innovation Fish. “El principal error del consumidor español es que congela el 80% del producto fresco que acaba de comprar en el mercado o el supermercado. En lugar de consumirlo al momento, hace la compra pensado en alimentos que va a congelar para tener reservas para el resto de semanas. Lo que no saben es que en el hogar, sus congeladores harán una mala congelación porque no tienen la tecnología idónea para asumir el proceso correcto de congelación”.
Es la misma conclusión a la que han llegado los ingenieros japoneses que han registrado una nueva tecnología de congelación basada en la energía magnética. Su objetivo no es pequeño: pretenden borrar la frontera entre producto fresco y producto descongelado. Y es que, por muy extraño que parezca, aseguran que la función principal del congelador no es la de congelar sino la de conservar alimentos previamente bien congelados por profesionales.
Todo alimento pasa por tres etapas muy definidas en el proceso de congelación. Primero, la temperatura se reduce hasta el punto de congelación. En segundo lugar, el agua del alimento se convierte en hielo, es la fase conocida como calor latente. Y en tercer y último lugar, la temperatura se reduce aun más hasta el punto de congelación final, normalmente a -18 grados centígrados, que es la temperatura ideal de mantenimiento.
Lo que desconoce la gran mayoría de gente es que el éxito o fracaso de la congelación de un alimento depende de la primera fase: “El paso de producto fresco a producto congelado es lo que hacen mal los congeladores actuales. Es como cuando estás cocinando y añades demasiada sal. Si se hace mal este primer paso ya no hay vuelta atrás ni remedio que valga”. Dicho de otra manera, todos los congeladores actuales están preparados para conservar debidamente los alimentos, pero no para congelarlos correctamente.
En la actualidad existen tres tipos de congeladores: mecánicos, criogénicos y por chorro de aire. Cualquier congelador del hogar se basa en una de estas tecnologías. Cuando ponemos un producto fresco o las sobras de la cena en el congelador todos seguimos los mismos pasos rutinarios. Sean vegetales, carnes, pescados, salsas o dulces, nos limitamos a envolver con papel film el alimento y damos por sentado que al día siguiente esa comida estará en perfecto estado al abrir el congelador. Al dar poca o ninguna importancia al proceso de congelación, el consumidor no sabe que la mayoría de veces ese alimentos puede quedar dañado. “Continuamente se recomienda al consumidor que la clave es envolver bien el alimento antes de congelarlo. Claro que ayuda si congelamos un alimento al vacío, pero la clave es una buena tecnología de congelado”, recalca Ayllon.
El consumidor debe poder comprar productos de calidad bien congelados por profesionales especializados.
La conclusión que al final llegamos es la siguiente. La congelación de los alimentos siempre hay que dejarla de la mano de los profesionales, y adquirir los alimentos congelados en establecimientos especializados para ello, ya que son los que realmente te van ofrecer un producto de calidad, sin perder todos los nutrientes,vitaminas y proteínas esenciales que al contrario perdería un producto fresco y después congelado/descongelado para su consumo final.